BOEDO Y SU BOHEMIA
BOEDO Y SU BOHEMIA
Ana María Navés
Boedo, barrio esencialmente porteño, donde el tango tenía su lugar y
hacía de las suyas y donde la bohemia
indiscutida pisaba fuerte. Los artistas que en aquella época pasada lo honraron,
son hoy recordados junto a ese lugar
cargado de cultura.
Por sus
calles empedradas caminaron cantantes y poetas, que enhebrando historias viscerales
y calientes, han sobrevivido a nuestros días. Han instalado tradiciones
fortalecidas por los valores y la identidad del barrio.
Porque en sus bares y cafés poblados de escritores, aquellos que
formaban parte del “grupo literario Boedo” y se relacionaban con el socialismo
romántico, se escribieron las más hermosas letras de tango y se discutieron las
ideas políticas de entonces. Esas que expresaban la necesidad de resolver y
denunciar injusticias sociales, influenciados por la literatura y el
pensamiento de escritores rusos como Gorki, Tolstoi o Dostoievski.
Aunque la clase dominante y los aliados de derecha e izquierda no veían
con buenos ojos esas denuncias, aquellos bohemios sin pelos en la lengua,
exhibían con orgullo sus convicciones y algunos, como Homero Manzi, las defendían
a morir.
Los orígenes de Boedo, se mezclan con la cultura que los identifica y la
profunda diversidad de aquella sociedad barrial, generada por la inmigración.
Italianos, españoles, polacos y todo un abanico de nacionalidades que se
amalgamaban alrededor de los patios de los conventillos y que recorrían las
calles de tierra y sus arroyos, cruzados por puentecitos, rumbo a sus trabajos.
Hoy, deambulando por sus calles, se pueden descubrir sectores de clase
media que llegaron sin cambios al presente, gracias a los grupos participativos
de su cultura, quienes mantuvieron y siguen manteniendo vivas las costumbres y
tradiciones del lugar.
Los escritores boedenses de hoy, unidos en asociaciones barriales,
siguen rememorando aquella vida, aquellas costumbres y aquel tango…ese que
nunca muere.
Y en cuanto al futbol, el Club Atlético San Lorenzo de Almagro, es su
representante. Nacido en esos lares cuando todavía Boedo formaba parte del
barrio de Almagro, ha conservado su nombre.
El sitio de reunión de los primeros dirigentes y jugadores del CASLA,
algunos de los cuales también intervenían en la movida cultural como Alberto
Vacarezza, Álvaro Yunque o Pedro Bidegaín, fueron los cafés de Boedo.
El arraigo a los orígenes del club, casi
increíble, muestra una auténtica pasión futbolera, que a pesar de todoS los
tropiezos sufridos por su mítico estadio de Avenida La Plata, continúa
brillando sostenida por la inmensa cantidad de simpatizantes que año a año,
renuevan su voto de fidelidad al azulgrana.
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