ENTREVISTA A DANIEL CADAVID Y EDIS ALEIDA MARTINEZ
Los escucho hablar desde que empiezo a subir la
escalera, que me lleva a un pintoresco saloncito que, según el día, se
convierte en un reducto tanguero. Ahí los veo por primera vez,
en esa noche tibia y tanguera de Medellín. Mientras dan su clase con un
estilo amigable y muy didáctico, me acomodo en una de las mesas, cerca de la
pista, al tiempo que observo y los espero.
Muestran, indican, corrigen y vuelven a corregir
a sus alumnos, mientras la música de D’arienzo marca, impetuosa, los compases
de un tango reo. Verdaderamente verlos enseñar, provoca placer y verlos bailar,
más. Al término de la clase, se acercan a la mesa a la que se han agregado amigos
y, como pensando en voz alta, Daniel
Cadavid comienza a hablar sobre la clase
y cuenta cómo ellos, primero se dejaron
atrapar por la belleza del tango escenario como show, por esos
movimientos fantásticos que engalanan la danza y fascinan al público; pero más
tarde, bastante más tarde, el tango salón comenzó a cautivarlos y hoy, mueren
por él.
Y esa atracción que se fue adueñando de ellos
muy de a poco, comenzó cuando empezaron a vislumbrar y sentir, las increíbles
sensaciones que saca a la luz, el otro tango.
Colombianos, jóvenes, respetuosos y agradables,
fantasean con que vivieron en el Reino del Revés.
Este mes, al cumplirse trece años de
trayectoria bailando junto a Edis Villa, Daniel me dice que ambos pueden auto-definirse como adictos al tango viejo.
Cuenta que en Medellín, hay unas cuantas milongas (las cuales he tenido el gusto de visitar),
pero pocos milongueros. En general, es la gente joven la que concurre a bailar,
proponiendo un baile, si no de escenario, colmado de figuras cuyo único fin,
es exhibirse. Contrariamente en Bogotá,
hay gente de toda edad y algunos milongueros.
Daniel es el menor de diez hijos varones y,
desde los dieciocho años, acompañaba a sus hermanos a tomar aguardiente
mientras escuchaban tango.
Edis, su compañera de baile menuda, tímida y amorosa pero con una
indiscutible presencia de mujer responsable, acaba de graduarse en la carrera
de Artes Escénicas con orientación en dirección coreográfica, que le costó
muchos desvelos ya que las presentaciones, las clases, los viajes y los
ensayos, le dejaban muy poco tiempo para estudiar.
Por suerte, esa etapa ya ha quedado superada y
en el pasado y ahora, comienza el disfrute.
El encuentro de ambos con el tango, se produce
en el año 1999, cuando comienzan a aprender a bailar. Deciden entonces formar
un grupo con otras parejas, donde nadie dirige, ni es líder, ni nada parecido.
Todas las decisiones son tomadas en conjunto,
se corrigen los unos a los otros y las coreografías, son creadas entre todos.
Diseñan su propio vestuario y forman un grupo homogéneo que se complementa muy
bien, poniendo como única condición, el que tiren todos para un mismo lado.
Eran cinco parejas que trabajaban y decidían
todo juntos. Eran autodidactas cuyos referentes fueron los videos de Gavito,
Lapadula, etc. Cuando consideraron que estaban preparados, grabaron sus
coreografías y comenzaron a vender sus shows.
Esta compañía, fue bautizada con el nombre de
Boedo Tango y estuvieron en ella haciendo presentaciones, durante dos años. En
2002, fueron invitados a Bogotá y es allí, donde conocieron la Escuela de Tango
Piazzolla.
Sus primeros profesores fueron Miguel Angel
Soto y Vanina Bilous, Balmaceda y Pablo Villaraza. Más tarde, bailaron en
Tanguísimo con Gloria y Eduardo y Miguel
Angel Soto y Milena Plebs. Se consagraron Campeones Mundiales de Tango Escenario, en
Japón 2005.
Tomaron clases con otros profesores, varios,
para poder llevarse de cada uno, lo mejor. Les apasiona dar clases y transmitir
conocimientos y experiencias; dicen que hoy, Natasha Agudelo y Diego Benavídez,
colombianos también, son el ejemplo a seguir.
Vuelven a decirme, que se dieron cuenta que
bailar tango salón, les provoca sensaciones que en el tango escenario, no
encuentran. Como decía María Elena Walsh en su Reino del Revés, “nadie baila con
los pies” y Edis y Daniel dicen, que el tango salón se baila sólo con el
corazón. No hay otra forma de hacerlo.
Fueron consagrados
Campeones de Tango Salón, en el World Tango Championship Medellín 2012 y
siguen…
Esta pareja de bailarines, comenzó siendo pareja
de vida y además, conformaba una buena pareja de baile. Después de unos cuantos
años, su vida sentimental tomó rumbos diferentes, y cada uno trató de rehacer
el camino profesional, con otra persona. Sin embargo y a pesar de los esfuerzos,
ninguno de los dos lo consiguió y en cambio, descubrieron y admitieron que en
el baile, eran tal para cual.
Hoy cada uno tiene su compañero de vida pero
bailan, otra vez juntos, profesionalmente. Se dan cuenta que han encontrado el
camino que les permite continuar con sus sueños, teniendo en cuenta la necesaria
e indispensable conexión, que cada uno tiene con el otro.
Porque para que haya tango, tiene que haber
conexión y, para que haya conexión, tiene que haber dos…
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