COMENTARIOS DE UN ENAMORADO DEL TANGO SOBRE
“DESDE EL ALMA”.
Ana María:
En el mes de enero gentilmente me hiciste llegar
los dos libros de tango, con la recomendación de empezar por “Desde el alma”.
Busque el momento para empezar a leerlo, leí
el prologo, luego el que sería el primer capítulo “Tres minutos en el paraíso”.
Y mi reacción fue que estos escritos no se deben leer (en mi caso) y sentirlo
como
una novela interesante que te “atrapa” y
te quedas hasta terminarla, aunque se te hagan las cuatro de la mañana.
Estos escritos, y digo escritos y no libro
porque me parece, sin que querer blasfemar, como si fuera una sagrada
escritura, un libro de auto ayuda donde queres incorporar los conceptos y vivir
de acuerdo a ellos.
Trato de controlar mi ansiedad para no leerlo “todo
de corrido” porque necesito y quiero que los conceptos que allí se vierten
revoloteen todo un día en mi cerebro para que el inconsciente los analice y lo
vuelva a traer “me golpea la puerta del consiente”, con dudas que aparecen (hay
que leer y luego darle tiempo al cerebro)
“Se habla con la sonrisa, la mirada, los
silencios el entenderse con el otro sin palabras” conceptos desarrollados que entraron por mis ojos y me llegaron al
corazón.
El conectarse, las primeras clases. Decís por
ahí que “las clases de tango abren un abanico de posibilidades y son recibidas
de diferentes maneras por cada persona” ¡que cierto es esto!
Me
surge la necesidad de escribirte lo que me impacto del libro y en el
intento te repetiría todo el libro justo
a vos que lo escribiste.
Tomo aquello de “Permite mostrar a partir de
la creación de la coreografía todo el
fuego que está ardiendo adentro”
Yo lo propongo, y lo voy a tener, como libro
de cabecera para los tangueros. Para
releer cada noche un capitulo.
Cuando termine te enviare unas líneas finales.
Un abrazo
Orlando
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