UN MUNDO DESCONOCIDO.

Este es el mundo en el que estamos inmersos hoy, soportando el ahogo del encierro, cara a cara con la muerte y con la inquietante incógnita por el futuro.
Ahora y aquí, es cuando la visita de este virus nos arrebata de un plumazo unas cuantas cosas que logramos conseguir, más de lo que hacemos y muchísimo más de lo que queríamos ser. La espera en situación de aislamiento y la incertidumbre, son la manera de continuar viviendo un tiempo más, o tal vez no.
Se han paralizado nuestros proyectos y la vida transcurre abrumada entre la quietud y el silencio del cautiverio sin castigo, apelando sólo a la responsabilidad y la coherencia de cada uno, como si la muerte fuera la pena prometida por escaparse de las cuatro paredes de la casa.
Me pregunto si después de que se abra la puerta imaginaria de la celda, de esa celda sin barrotes ni guardianes pero frustrante, nos animaremos a salir.
Mientras tanto, nos hamacamos entre el insomnio y las pesadillas que hacen su aparición sin aviso cuando menos lo esperamos.
A.M.N.