COMO ABEJITAS TRABAJADORAS.
COMO ABEJITAS TRABAJADORAS
Unos antes y otros después, algunos países primero y otros más tarde. El comercio, la industria y la educación en todos sus ámbitos, se paralizaron a nivel mundial para luchar unidos contra ese enemigo que no se deja ver.
Hoy los protagonistas indiscutidos son los científicos que, en una carrera contra el tiempo, se entregan denodadamente al desafío de encontrar una vacuna en el menor tiempo posible. Y los héroes anónimos, todos los profesionales de la salud que día a día se exponen por nosotros.
Pero la actitud más notable de este enjambre de miedo, dolor y vulnerabilidad, es la solidaridad que hace su aparición en este momento donde el mundo entero parece desfallecer.
Como abejitas trabajadoras en el encierro de sus casas, hay quienes confeccionan barbijos o quienes hacen máscaras de acetato en 3D; hay costureras que se dedican a fabricar kits quirúrgicos de protección para médicos y enfermeras y hay gente jóven que se ofrece a hacer las compras a quienes no deben exponerse por su edad.
Hay empresas hoteleras que prestan sus hoteles para aislamiento, y propietarios de restoranes que habilitan sus cocinas para que se prepare comida para los más necesitados.
La solidaridad flota en el aire en todos los países del mundo y hacía falta una catástrofe como ésta para ponerla al descubierto. Nos da una cachetada para que entendamos y confiemos que
vamos a ganar esta guerra cada uno ayudando desde su lugar; juntos pero separados.
A.M.N.
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