ENTREVISTA A ELINA ROLDÁN.

                                   

                                      EL SECRETO QUE NO TODOS PUEDEN DESCUBRIR


Me sorprende con una comparación, a poco de entrar a su casa y comenzar a charlar.
“Es como cuando estás acostumbrada a tomar vino, ¿viste?” – me dice. “Uno reconoce fácilmente los sabores frutados, secos, dulces, de una sola cepa o mezcla de varias; sabe de qué está halando. Lo mismo sucede con el tango”.
Elina Roldán, apoltronada en un silloncito blanco, trata de graficar con éxito absoluto ydesde su lugar de bailarina y maestra, cómo ve al tango, esa danza donde lo emocional juega en primer plano.
Mientras tanto Milo, su gata azabache e increíblemente juguetona, hace saltar y manotea un ratón de peluche gris, una y otra vez sobre la alfombra.
Hace poco tiempo, regresó de una gira por Europa que duró tres meses, en la que recorrió varios países, dando clases y seminarios. Allá, escuelas de tango y alumnos nuevos convocados por discípulos preparados por ella, la esperaban.
Apenas llegada a Argentina, fue requerida para integrar el jurado del Campeonato Metropolitano 2013, que acaba de finalizar.
A fin de año o tal vez antes, partirá nuevamente hacia aquellos lares desde donde la reclaman con frecuencia. Hace muchos años que hace giras sola; organiza concienzudamente su agenda y parte en busca de eso que tanto la fascina y que es el alimento irreemplazable que necesita su espíritu.
Me cuenta que aprendió a bailar en las pistas con el Tano Guillermo, con Tomy  O´Conel y también con el flaco Dany quien además, fue su compañero de baile. Hoy se codea con Parejita y con Osvaldo y Coca, en alguna que otra milonga.
Su visión del tango desde que empezó su carrera, tuvo transformaciones paulatinas a través de los años, hasta arrivar a la que tiene hoy.
Pero curiosamente, dice que en este último viaje, descubrió un sentido nuevo en las cosas. Su didáctica cambió y se convirtió en un suceso proclive de transmutaciones, apoyada en pilares distintos. Esos pilares que, sostenidos por explicaciones nacidas desde la conciencia corporal y desde el entendimiento y el por qué, dan lugar a modificaciones notorias en la enseñanza.
Apoya la técnica que enseña, a partir de lo natural, basada especialmente en la simpleza de los movimientos.
Muestra a sus alumnos la sensibilidad que brota al contactarse con la esencia y demuestra, fehacientemente, que cada pareja tiene un modo diferente de proyectar en sus movimientos, las sensaciones provocadas por su emoción y confirma ante ellos, que en el caminar del tango está el secreto irrefutable, ese que no todos pueden descubrir.
Elina dicta clases en la Boca y en el centro de Buenos Aires y además, tiene una práctica asistida a la que concurren bailarines reconocidos.
Cuando me voy, el sol ya no entra por la ventana y, aunque todavía está atardeciendo en ese día de mayo, una oscuridad ventosa y fría me recibe en la calle y me acompaña en el regreso.
En mi camino recuerdo la conversación que tuvimos y entiendo, en toda su grandiosidad, la metáfora con la que me recibió. Y esta charla informal entre mujeres ha tenido, sin duda, un agradable sabor frutado.

                                                                                                       Ana María Navés.

                                                                                                                           

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