LA SEDUCCION DEL 2 X 4.


LA SEDUCCION DEL 2 X 4.


De cualquier manera y a pesar de todos los vaticinios que lo declaran internado en terapia intensiva, a punto de estirar la pata, el tango ha estado presente en nuestra cultura durante casi todo el siglo XX.
Desde sus comienzos, instala sucursales en el exterior y se muda, va y viene, fascina a culturas con idiosincracias increíblemente diferentes a la nuestra, enamora a pueblos que se hallan al otro lado del planeta y cautiva a todo aquel que lo baila por primera vez.
Se monta sobre el corcel reflexivo de la sorpresa, de la novedad, de lo desconocido y galopa sosegado, sobre las llanuras de parquet de las pistas tangueras.
Y retoza jugueteando en libertad, con las corcheas que se escapan de la música de Di Sarli o se queda extasiado y en silencio, suspendido en una cautivante pausa de Pugliese.
Conquista con su abrazo tibio al mismo tiempo que lucha incansable, contra la soledad y el dolor. Contra esa tristeza y esa negrura que a veces, cubren el alma haciendo que todo se vea opaco y sin sentido.
Y brilla. Brilla como un diamante que esparce sus destellos por doquier, a todos los que quieran deleitarse con su luz.
Y en el siglo XXI entre lamentos y otros ingredientes nostalgiosos, aquí en su cuna, su vigencia afloja un poco pero no tanto. Se indigna con aquellos que quieren condenarlo al ostracismo atroz, expulsándolo del lugar que lo vio nacer y se enfurece con quienes no lo cuidan, no lo consideran, no lo respetan.
Y entonces busca la forma, la solución, el método para salvarse, para salir indemne, para ganar la batalla de la permanencia a la que tiene derecho. Confía en su sensualidad y en su belleza y descubre que tiene un arma muy valiosa.
Y entonces, seduce.
                                                                                                                  Ana María Navés.

Comentarios

Entradas populares